Sobre los procesos de la vida
— ¡Maestro! —interrumpió Yoguina Prema y se rompió el silencio meditativo que les envolvía sentados bajo aquel manzano— No entiendo por qué las personas se prometen amor eterno y al cabo de unos meses, años, el tiempo que sea, ese amor se pierde.
El Maestro le escuchaba todavía con los ojos entreabiertos, en estado de éxtasis, aunque no le impidió contestarle con uno de sus cuentos simbólicos:
—Querida Prema, no siempre podemos estar viendo la parte roja, brillante y apetitosa de la manzana, porque si te quedas identificada sólo con esa parte, te perderías la gracia de ver el otro lado que se está pudriendo.
—Pero, Maestro… —volvió a interrumpir Yoguina Prema con voz suave— ¿Por qué se tiene que corromper la manzana? —Al hilo de su entendimiento, tradujo que el amor al que su Maestro se refería estaba simbolizado por la manzana con sus dos lados opuestos.
—Por la sencilla razón de que hay una vida dentro de ella. Un gusano la ha elegido como su morada y alimento. La manzana se entrega al gusano, le alimenta, le protege de las inclemencias del exterior y le entrega su vitalidad, toda su belleza. Y no en vano hace este acto de amor, porque el
gusano pronto se transformará en una crisálida y de ella nacerá una bellísima mariposa, tan bella como todo el amor que recibió de la manzana.
—Entonces, Maestro, todo cuanto nos ocurre está ligado a esa transformación… De lo que aparentemente nos puede parecer feo, putrefacto, inservible… ¿Hay vida nueva?
—Veo que lo has comprendido, Prema. Sólo te queda hacer muestra de tu amor no sólo a la parte hermosa de la manzana, sino también a la que está transformándose en algo más sutil y elevado. Sólo depende del momento en el que estés mirando la manzana. Podrás ver los acontecimientos precisos. Todo proceso de la vida está vivo y en movimiento, sólo el temor a la propia vida puede paralizarlo y convertirlo en un infierno del que pareciera no poder salir jamás. Al aceptar el proceso de la vida y de la muerte, el proceso del cambio, de la transformación, elevas tu conciencia hacia nuevas experiencias, nuevos retos que guiarán tus pasos junto al amor de tu corazón que todo lo ve, que todo lo comprende y que todo lo ama.
—¡Gracias Maestro!
