Indicaciones y datos de interés:
⊕ Adopta esta postura protectora cuando necesites descansar.
⊕ Esta postura de descanso restablece el equilibrio y la armonía en el cuerpo y conduce la mente hacia un estado de apertura y receptividad.
⊕ Incorpórala en tu sesión entre una o más posturas de gran dificultad.
Para facilitarla:
A) Pliega una manta fina y colócala detrás de las rodillas.
B) Si lo necesitas, apoya los empeines sobre una superficie blanda.
C) Si las caderas quedan elevadas y sientes una desagradable sensación en la nariz, apoya la frente sobre la cantidad de cojines que necesites, aunque otra alternativa es que apoyes la cabeza sobre los puños.
D) Si eres muy flexible pero sientes que el cuello no se relaja lo suficiente, coloca una o varias capas de mantas sobre los muslos antes de bajar el pecho, para permitir que la cabeza «cuelgue» un poco más.
MIRADA:
Hacia dentro, con los ojos cerrados.
EFECTO:
Refuerza la centralidad.
Con la variante de brazos extendidos (Utthita Balâsana) se trabaja una mayor apertura de los hombros y el pecho, permitiendo que la respiración se mueva más libremente en el pecho y el vientre
Paso a paso:
* Arrodíllate en el suelo con las rodillas juntas y alineadas. Apoya las nalgas en los talones, todo lo que puedas.
* En una INSPIRACIÓN, eleva tu columna vertebral y al ESPIRAR puedes realizar un trabajo articular desde la cabeza hasta la pelvis. Acomoda la parte del pecho sobre tus muslos y apoya la frente en el suelo.
* Extiende tus brazos hacia atrás, a ambos lados del cuerpo. Deja que tus palmas de las manos respiren hacia arriba, cerca de tus pies. Tus dedos se curvan ligeramente, sin esfuerzo, sin tensión en ellos.
* Afloja los hombros, déjalos caer suavemente hacia el suelo. Con cada ESPIRACIÓN los relajas más y más profundamente. De igual forma, relajas también los codos.
* Observa cómo la respiración en esta postura se expande desde las costillas y escápulas hacia los lados y hacia atrás. El pecho y el abdomen están plegados y apoyados sobre tus muslos.
* Cierra los ojos, dirige tu mirada hacia el interior, y siente el peso de tu cabeza contra el suelo. Suelta las mandíbulas, la boca sin apretar los dientes. A través de la respiración profunda, relaja bien los músculos de tu cara y el cuello.
* Para deshacer, acerca tus manos a los lados de las rodillas y empuja contra el suelo, mientras subes vértebra a vértebra tu columna y la cabeza. Puedes hacer el trabajo articular desde la pelvis hasta la cabeza.
* Abre lentamente los ojos.
(Otra variante es con los brazos extendidos, como en la fotografía)